Desde muy pequeña he escrito para mí misma. Tengo cuadernos de todos los colores que he ido guardando a lo largo de los años. Nunca aprendí a escribir bien, o al menos no como me gustaría, aunque confío en que lo haré algún día. A pesar de mis miedos, decidí escribir igual, el solo hecho de hacerlo te empuja a crecer y aprender. Así nació este blog, para que me conozcas un poco mejor, y tal vez, algo de lo que digo te sirva o te inspire.
Si hay algo que realmente deseo en esta vida, es vivir habiendo dado lo mejor de mí. No hace mucho entendí que no somos recipientes donde se acumulan cosas, sino canales por los que la energía debe fluir. Durante años, solo sabía llenarme: absorber conocimiento, experiencias, emociones. Pero al final, me quedé sin espacio. Me di cuenta de que el equilibrio solo existe cuando lo que recibimos también lo compartimos. La idea de que había llegado mi momento de dejar salir todo lo que había acumulado me aterrorizaba. Siempre pensé que no sabía lo suficiente, que me faltaba más: más estudios, más equipo, más tiempo. Y así, ese momento de soltar nunca llegaba, porque nunca iba a sentir que era suficiente.
Pero un día decidí ser valiente. Y ser valiente no es más que sentir miedo, pero seguir adelante a pesar de él. Así fue como comencé a dar, a enseñar, con tanto miedo que literalmente me costaba hasta caminar. Sí, así fue. Pero con el tiempo, el miedo fue perdiendo la batalla, y lo que apareció fue una satisfacción inmensa. No creo que haya una victoria más grande en la vida que esa sensación que llena cada célula de tu cuerpo, que refuerza tu confianza y te conecta con tu poder. Sí, tu poder. Porque somos increíblemente poderosos, pero no podemos crear lo que no creemos.
Y sin duda, este es el mayor desafío: creer. Si lo sentís, si realmente lo sentís en lo profundo, salta y confía. El tiempo en el aire puede ser el mayor vértigo que jamás hayas experimentado, pero también será el paso de fe más grande que des. Un salto hacia adentro, siempre hacia adentro. No lo hagas para los demás, porque te van a criticar hagas lo que hagas. No lo hagas por tu ego, hacelo por vos. Solamente por vos.
Prefiero vivir habiendo intentado todo lo que sentí que tenía que hacer, aunque me equivoque mil veces, antes que quedarme con la duda de qué podría haber sido. La vida es inmensa, perfecta y mágica, y así lo creo. Y así será.
De la misma manera, en cada imagen que capture de vos, en cada oportunidad que me des para brindarte lo mejor de mí, devolveré esa energía. Porque la energía es infinita, y solo deseo ser un canal de ella. Gracias a la magia de la fotografía, puedo ser ese canal perfecto. Cada rayo de luz que atraviese mi lente volverá a vos, congelado en el tiempo, en el perfecto engaño de la eternidad.